Te han herido profundamente y han roto tu corazón?
Probablemente, intentaste evitar que esto suceda,
hasta que te quedaste con muy pocas fuerzas y te viste en la obligación de
abrir tu mente y tu alma a la triste realidad.
Que sea la primera vez que te sucede o que ya te haya
pasado anteriormente no significa que
haya algo que está mal en ti. Es
probable que una buena autocrítica te ayude a entenderte y a volver a confiar plenamente en ti mismo, pero no intentes tener una explicación
lógica de todo lo sucedido, porque a veces los demás no funcionan así. Lo que
pasó ya sucedió, y cuanto antes dejes partir ese pasado y te centres en tu
presente, más cerca estarás de tu futuro próspero.
Principalmente,
olvida las revanchas, las peleas o cualquier otro hecho que te haga sentir mal.
Si necesitas expresar tus pensamientos ante quien provocó esto, hazlo (en
persona o por escrito) desde una posición no agresiva, para que tu reacción sea
sana y para cuidarte a ti mismo.
Quien pasa por esta situación tiene la tendencia a
pensar en términos absolutos: “todos los
hombres son infieles”, “todas las mujeres son celosas”, “la felicidad me es esquiva”, “no nací para estar en pareja”, “nunca volveré a enamorarme”, etc. Deja
pasar estas ideas, dándote cuenta de que son generalizaciones y por
consiguiente, exageraciones. De a poco podrás volver a encontrar tu centro de
equilibrio –lo tienes, allí está, latente, esperando que te conectes nuevamente
con él, en la medida que puedas.
En ciertos
momentos, imaginas que así van a quedar las cosas y tu realidad
permanentemente. Déjame recordarte que la vida es dinámica,
no estática, así que lo que hoy ocupa tus pensamientos
y tus emociones, a su debido momento dará paso a otra etapa de tu vida, que
será provechosa, plena y feliz. Sí, tú también tienes derecho a la felicidad,
aunque algunos días como hoy aún parezca lejana.
Los corazones
rotos sanan con el paso del tiempo y con el apoyo de seres queridos (se le
puede sumar ayuda profesional temporal, en caso necesario). Esto lo digo no
solo por experiencia propia y porque lo he visto en la gente que me rodea, sino
también porque lo dicta el sentido común. Entiendo que ahora quizá no puedas
visualizar la paz, la tranquilidad y la estabilidad que llegarán a tu vida.
Pero que vendrán para quedarse es una realidad.
¿Has tenido alguna vez el corazón roto?
¿Cómo lo superaste?
Artículo
publicado por Merlina Meiler.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Y TÚ QUÉ OPINAS?
ESCRIBEME!!!!!!
REGI