jueves, 5 de enero de 2012

EMPRESA SOLICITA CANDIDATAS CON BUENA PRESENCIA

POR QUÉ EL ÉXITO LABORAL DE UNA MUJER SÍ SE DEFINE POR LA BELLEZA
Por: Margarita Posada J.

El hecho de que una mujer sea bonita sí incide en su éxito laboral y las razones están inscritas en profundidades más hondas y complejas que el simple hecho de ser linda


No nos digamos mentiras. La belleza (así como el tamaño) sí importa. Y la razón no es porque sí, o por que los hombres son frívolos y entonces prefieren a la bonita tonta, que a la fea inteligente. No. La razón por la cual el hecho de que una mujer sea bonita incide tanto en su éxito laboral está inscrito en profundidades más hondas, ya que la belleza física repercute en el desarrollo de una mujer y en su confianza.

La seguridad que una persona que se siente bonita refleja puede muchas veces llevarla a ganar un mejor salario. Aunque sea una equivocación o una apariencia, es evidente que si una persona se siente más segura, quienes trabajan con ella crean que está más capacitada para hacer su trabajo, aunque en la realidad no sea necesariamente cierto.

En 1994 con el estudio mencionado en una entrevista sobre el tema a la periodista   Marianne Ponsford (Hammermesh and Biddle) se comprobó que las personas que están por encima del estándar de belleza tienden a ganar entre un 10 y un 15 por ciento más que quienes están por debajo de ese estándar. Ningún interlocutor está exento de sentirse agradado o seducido visual y oralmente por una mujer bonita. Decimos visual por su belleza, pero oral, porque está comprobado que son mayores las habilidades sociales de quien es considerado bello dentro de los cánones de belleza que se van estableciendo a través de los medios y que se tejen en una cultura.


Aunque las labores que le son encomendadas a una mujer bonita no tengan nada que ver con su belleza, por su seguridad y sus habilidades comunicativas sus empleadores o jefes generalmente las perciben más capaces.

Es muy factible que las mujeres bonitas que han construido seguridad y habilidades sociales aprendan también lo que otras menos bellas han aprendido puntualmente sobre una labor específica (hacer un cuadro de Excel, por poner cualquier ejemplo), mientras que es poco probable que las personas que tienen baja autoestima sean capaces de desarrollar las habilidades sociales y la seguridad de una "bonita".

El problema entonces radica más bien en un punto en que nos gustaría que todas las mujeres reflexionáramos: ¿Cuál es el canon de belleza por el que yo me rijo, cuál es el estándar que imponen los medios e incluso culturas tan nocivas a nivel estético? ( anorexia, bulimia etc).

¿Hasta dónde debo yo sentirme excluida de un canon de belleza impuesto por una revista en la que las mujeres son de mentira y no solo están cortadas con cuchilla si no a punta de photoshop?
 Cuando la mujer se responde estas preguntas y decide basar su autoestima en unos cánones estéticos más amplios y menos simplistas que los dictados por los medios, ese día deja de sentirse una mujer fea y conquista el territorio de la confianza y de la habilidad social que antes le fue vedado. En resumidas cuentas, no es un mito ese dicho de que “bueno llama bueno”.




                                                                              



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